Busan, sigo repitiendo, fue una de las ciudades que más me gustó porque no tenía ni expectativas ni planes. Simplemente tomé el mapa, busqué los lugares de interés que marcaban personas que ya habían venido y fui a la aventura. La recorrí a pie, metiéndome por callecitas y sorprendiéndome de lo que encontraba por el camino. Encontré cosas muy bellas, como una calle llena de esculturas, y un museo que relata la historia de Busan completamente gratuito (ya les contaré sobre el museo) Caminé por la famosa BIFF Square, pasé por un templo budista preciosamente decorado y terminé apreciando la costa desde el piso más alto de un shopping.

BIFF Square (BIFF 광장)

El Busan International Film Festival es un festival anual de cine que se realiza en esta ciudad. Estrellas de todo asia y el mundo se juntan en este lugar para el festival de cine, y por supuesto, tenía que tener su calle de la fama donde se inmortalizan las manos de las estrellas, al mejor estilo de Hollywood.

Será que fui un sábado de verano, pero la calle estaba llena, llenísima de gente, puestos, bullicio (¡y mucho, mucho calor!) así que no pude detenerme mucho a leer quién era quien, pero pude tomar algunas fotos cuando la gente se apartaba un momento jajajaja

Por acá comienza el recorrido de más de 450 metros.

Calle de la fama

40-step Culture & Tourism Theme Street (40계단 문화관광테마거리)

Luego de dar un paseo y comer por ahí, hice una recorrida por la ciudad y me encontré con la famosa escalera de los 40 escalones. (No, ¡no la subí y ni siquiera lo intenté! fui dando un rodeo por las calles del costado jajajaja) Esta escalera le da cuerpo a las alegrías y angustias de los refugiados y todos aquellos desplazados por la guerra de Corea. Esta área ha sido renovada completamente para reflejar la vida de Corea en los 50 y 60. (más info en inglés acá). Podés ver las esculturas una vez terminás de bajar la escalera.

Así se ve la escalera desde abajo.

Esculturas en la calle

Reflejando la vida cotidiana entre los años 50 y 60.

Por último, terminé el paseo en el Shopping de Lotte (hacía mucho calor, ¡y aire acondicionado gratis!) subiendo hasta el último piso después de curiosear las tiendas para encontrarme con este hermoso paisaje.

Para mí, Busan es hermosa por donde se la mire. Ha pasado por tanto, ha visto pasar tantas cosas a través de los años y sin embargo se sigue levantando, firme y preciosa como siempre. Busan tiene algo especial, es algo que jamás podré describir… es una mezcla de relax con melancolía, es ese arte que se respira junto con la brisa marina que la hace diferente. Volvería una y mil veces, no me canso de decirlo, y espero que alguna vez ustedes puedan conocerla.