¡Buenas! ¡Finalmente llegué a Australia! Después de un viaje larguísimo de más o menos 30 horas entre esperas, demoras, lágrimas, vistas a amigos y demases, finalmente llegué.

Primera parada: ¡Chile!

Por las modificaciones de la aerolínea (ya que estoy acá lo digo: LAN. ¡LAN me hizo la vida imposible!) tuve 10 horas de escala en Santiago de Chile, cuando deberían haber sido solamente dos con la excusa del cambio de horario (¡Que al final NO hubo! Me vieron cara de salame, no sé qué pasó). Lo bueno es que pude aprovecharlas para visitar a una amiga y ponernos al día ¡Gracias por bancarme durante esas horas! Luego cuando llegué al aeropuerto, paso por inmigraciones y etc (muy graciosa mi pasada por inmigraciones de Chile, a la salida uno de los oficiales estaba haciendo de Alexandre Pires y empezamos a maquinar formas para que tenga el mismo color de piel jajajaja todo eso mientras me sellaban la documentación y etc… me hace recordar a mis viejas épocas de trabajo, solo que a nosotros nos retaban jajajaja) luego de todo eso y de ya acomodarme para subir al avión, nos dicen que tenemos dos horas más de espera porque el aeropuerto de Nueva Zelanda cierra a la noche (?) y abría a las 4 y media de la mañana así que teníamos que quedarnos ahí hasta que coincidieran las horas de vuelo para llegar cuando abría el aeropuerto. Tenían razón, ¡13 horas después éramos el primer vuelo en llegar! (a pesar de que dije que LAN me hizo la vida imposible, quiero agradecerle públicamente a las azafatas del vuelo de Santiago a Auckland que me cuidaron y me malcriaron durante todo el vuelo, gracias por esa mantita extra que me pusieron cuando me estuve muriendo de frío mientras dormía, ¡esos gestos son los que más cuentan!)

Segunda parada: Auckland. Empecé a caer que estaba lejos de casa cuando vi los carteles en chino.

Luego de una hora más o menos de espera en Nueva Zelanda, me subí al avión rumbo a Sydney. Después de haberme llorado todo en el avión de Buenos Aires a Santiago, empecé a entrar en pánico otra vez. en Santiago pensé, bueno, ya me puedo volver, total son dos horas. En el último tramo ya estaba completamente arrepentida: ¿Qué hice? ¿Dónde me metí? ¿Quién es esta gente y qué hago acá?  pero aún así junté fuerzas y salí del avión victoriosa. jajajaja

En la parte tan temida de la Aduana e Inmigraciones tuve un par de leves inconvenientes (solo despiste mío, no pasó nada en realidad jajajaja) cuando llegué a inmigraciones me preguntaron si tenía el certificado de la vacuna de la fiebre amarilla y yo la miré con cara de: ¡¿Qué?! y luego cuando le dije que había venido de Buenos Aires ya no pasó nada (es dependiendo de la zona, me llegué a enterar después.) Luego pasando por Aduana, nos dieron un papel donde teníamos que declarar todas las cosas, y yo como respetuosa de las leyes que soy y miedosa por sobre todas las cosas, como llevé un paquete de yerba declaré que tenía hierbas, plantas, etc. Ese día justo estaba filmando canal 7 el famoso programa de los aeropuertos así que empecé a temblar. ¡Mirá si me decían algo por la yerba! Decidí preguntarle a la chica que te mandaba a las secciones donde registraban, ya que solo era un paquete y me miró con cara de pobrecita, no entiende nada jajajaja súper amable me mandó directamente a la salida, donde te huelen los perritos a ver si tenés algo. Nada, todo legal, todo perfecto, encontré AL FIN después de una hora y media la salida hacia Sydney. Había llegado.

La historia continuará, por ahora les dejo este agotador relato de mi viaje. Seguro se cansaron de leerlo tanto como yo me cansé de viajar! jajajaja