El mes pasado estuve en el fin del mundo. No, no en Ushuaia, ese es un pendiente que me queda para más adelante. Por el momento estuve en Fisterra, o Finisterre, el fin del mundo conocido por los romanos. Este fin del mundo queda en La Coruña, consagrado en 2007 como patrimonio europeo.

En Fisterra termina el camino a Santiago. ¿Cómo? ¿No en la Catedral? No precisamente. Después de visitar la Catedral, muchos peregrinos se dirigen a Fisterra para quemar alguna de las prendas utilizadas durante el Camino (práctica que se está prohibiendo porque la gente que no tiene cuidado y por algunos accidentes se ocasionan incendios)

A mí, Fisterra me recibió de modo bastante gris y lluvioso. Era el último día que pasaría entero en Galicia y dentro mío también sentía ese gris. Apenas se compuso un poquito el tiempo llegamos al faro, y subimos hasta la última mini colina que allí se encuentra. Nos tiraba demasiado el viento así que solo pude estar unos momentos antes de que venga la lluvia de nuevo y no me deje tomar más fotos.

En Galicia hay muchos cruceiros (cruces) pero la de Fisterra es especial. Hay una cruz en cada fin del mundo (Galicia y Ushuaia) Se dice que la cruz de Galicia fue regalada por el gobierno argentino y la cruz que se encuentra en Ushuaia fue regalada por el gobierno español. No sé si es cierto, pero me gustaría creer que sí, una parte de cada fin del mundo en el otro.

Estatua de San Martín, en la plaza Argentina