Jervis Bay es uno de esos lugares de ensueño, ese lugar que debería estar en la bucket list de todo el mundo. Es esa playa de la cual no saldrías nunca más del mar. Yo me pregunto si los australianos saben de lo bendecidos que son de vivir cerca de un lugar así (fanática de las playas modo: on) ¡Australianos, adóptenme por favor!


Ese día de Febrero, salimos temprano en auto desde Kings Cross, y luego de casi tres horas yendo hacia el sur llegamos a Jervis Bay. Antes de ingresar a la reserva natural Booderee, hicimos una parada en Hyams Beach, y simplemente no podíamos creer lo que veíamos. Si bien ya sabíamos que este lugar ostenta el récord Guinness de la Arena más blanca del mundo, verlo en persona es una experiencia completamente distinta. Según nos dijeron, esta era la «parte fea» de la playa, ya que había llovido y se habían acumulado algas.

De aguas completamente cristalinas, Hyams Beach es ideal para nadar, jugar en la playa y hacer snorkel. Por más que las fotos transmitan esa sensación de caribe, el agua está fresca por lo que es ideal para un día de verano. Lo mejor de todo, ¡la arena no quema! Frente a un lugar así es irresistible no querer quedarse horas y horas en la playa, por lo que hay que recordar siempre usar protector ya que el reflejo del sol en la arena es total, y no exponerse al mediodía (Australia está justo debajo del agujero de Ozono así que hay que tener mucho cuidado con el sol)

Lo más lindo de este lugar es que la reserva se encuentra bien conservada y se puede experimentar la naturaleza en estado puro. Es normal encontrar flora y fauna autóctona, pájaros de todos colores, koalas, y canguros cerca de la playa o dando vueltas cerca de los caminos (por eso es necesario circular despacio, porque uno nunca sabe cuando se le va a cruzar uno en el medio)



Dentro del territorio de la bahía está el faro del cabo St. George, de donde se pueden ver ballenas en su período migracional. ¡Este lugar es un sueño!

Luego de pasar un increíble día dentro del parque nacional, nos volvimos a casa agotadas pero felices. Este lugar es uno de los que quedarán por siempre en mi memoria como un sueño, un lugar al que volvería un millón de veces si tuviera la oportunidad.