…o debería decir: P de «¡Paren el mundo que me quiero bajar!»
Todo lo que me impacienté por tener que esperar se está acercando a un ritmo vertiginoso. Mañana es mi último día de trabajo, y ya desde hoy al mediodía empecé a llorar. Ahora sí que todo está sucediendo rápido.
Ya quedan tan solo 3 semanas para irme, solo tres semanas donde tengo que armar todo, decidir por lo menos el principio, y dejar todo en orden acá, hasta el último detalle. Cuando me vaya, ya voy a piar tarde.
Siento que ahora sí todo se viene rápido, todas las despedidas y todas las situaciones que me faltan terminar para poder irme en paz me avasallan. Tengo una mezcla de sentimientos espantosa, quiero reir y llorar al mismo tiempo. Estoy asustada, estoy lanzada. ¡Estoy desbordada! Me encantaría que paren el tiempo un momento y me dejen respirar.
Pero no se puede, se ve que me quejé tanto de tener que esperar que Dios me dijo: «lo pedís, lo tenés.» y acá estoy, empezando a terminar las cosas que me quedan para irme tranquila.
¡Qué nervios! ¡Qué ansiedad! ya se acerca la fecha, ¡la gran fecha se viene y no me alcanzan las manos para prepararme!
Tranqui, que el desborde no te supere.
Y éxitos con todos los preparativos y últimos detalles 🙂
Me gustaMe gusta