«La verdad, señora, empiezo a pensar que hay un placer todavía mayor que el de ver Granada. Y es el de volverla a ver.» (Alejandro Dumas Padre)

A pesar de haber nacido en una ciudad que se parece a Madrid, y provenir de sangre gallega, debo decir que algún gen andaluz debe haberse escapado porque Granada se ha convertido en una de las ciudades que más me gusta. No sé si es por la belleza de sus paisajes, por su tranquilidad, por los buenos amigos que he hecho, o porque sí… Pero, si tuviera que elegir, creo que en Granada sería el lugar de inspiración donde me detuviera a escribir un libro.

«Donde parece que las cosas cambian cuando unos pocos lo deciden… Realmente pasa que todo cambio es inevitable.»

Tengo a Granada como escenario de muy bellos recuerdos, de encuentros y reencuentros con amigos, de las famosísimas tostadas con tomate y aceite de oliva (que ahora se me dan por comer en verano, vaya una a saber por qué) de caminatas por sus callecitas, de perderme por ellas (bueno, ¡cuándo no yo perdiéndome!) de bajar desde la Alhambra cantando a viva voz, de historias con muchas risas, y por sobre todo, siempre los mismos planes: volver.

«Granada forma parte de mi piel, de mis ojos, de mi pelo, de mi cante, de mi comida, de mis hijos, de mis padres… yo siempre volveré a Granada.» Estrella Morente

Parece que William Shakespeare y yo estuviéramos de acuerdo cuando dijera que: «Todo curioso viajero guarda a Granada en su corazón, aún sin haberla visitado.» Y así, con un poco de nostalgia, me quedo pensando en que ojalá Granada te pueda volver a ver, te pueda volver a vivir, y sobre todo, me dejes quedarme un ratito más para poder apreciarte en profundidad.